Cada año, al menos 15 millones de nacimientos son prematuros, una cifra que va en aumento y que preocupa a las autoridades de salud, debido a que un millón de estos niños fallecen al verse expuestos a un sinnúmero de enfermedades que conducen a complicaciones, como el Virus Respiratorio Sincitial.
Se trata de un virus estacional común, que puede transmitirse fácilmente de persona a persona, causando por lo general síntomas leves, pero provocando infecciones graves en los pulmones y otras complicaciones que pueden requerir atención hospitalaria en bebés y niños pequeños de alto riesgo.
Más de la mitad de los bebés están expuestos a este virus en su primer año de vida, el cual se propaga al estornudar, toser o al tocar algo que pueda estar contaminado.
Su período de incubación es de 2 a 8 días y los síntomas varían según edad, factores de riesgo, exposiciones ambientales y antecedentes de infecciones previas.
Los síntomas más comunes son congestión nasal, tos, pérdida de apetito, estornudos, fiebre, dolor de cabeza y silbancias.
En casos graves, el Virus Respiratorio Sincitial puede ocasionar bronquiolitis, que es una inflamación de las vías respiratorias pequeñas en los pulmones y neumonía.
“Los bebés prematuros, con malformaciones de corazón y con enfermedades pulmonares crónicas que requieren oxígeno en casa, se encuentran con mayores riesgos de adquirir esta infección, que puede enfermarlos gravemente y en algunos casos, ser potencialmente mortal”, explicó el Dr. Esteban Coto, Director Médico de AstraZeneca para Centroamérica y el Caribe.
El Virus Respiratorio Sincitial es considerado la principal causa de hospitalización en los lactantes y la segunda causa de muerte postnatal a nivel mundial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, por año, se presentan 33 millones de casos asociados a este virus en menores de 5 años, de los que 3 millones requieren hospitalización.