Un picudo, familia de los gorgojos y que se alimenta de vegetales, tiene en peligro el bienestar de la producción de piña en San Carlos y los demás cantones de esta región.
La voz de alerta la lanzan las autoridades fitosanitarias del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), quienes llaman a este sector productivo a organizarse debido a la alta incidencia de picudos, especialmente del género Metamasius.
El Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) recomienda coordinación, para lograr establecer un frente común y poder combatir la plaga.
“La prevención es efectiva si se asegura la calidad fitosanitaria del semillero y el manejo adecuado de las derribas. Hay que tener en cuenta que el control de las larvas y las pupas es difícil debido a que se encuentran dentro de los tallos. Si bien, recientemente, se han utilizado alternativas biológicas que permiten control en otras etapas del ciclo de vida de la plaga, lo mejor es realizar las medidas de control sobre los adultos”, dijo Ana Patricia López, jefa de la Unidad Operativa Regional Norte,
López González agregó que, es preciso recordar que cuando las poblaciones son altas se debe considerar realizar un trampeo masivo de adultos, colocando de 4 a 6 trampas por hectárea en los bordes del cultivo.
Además, se insta al sector piñero regional a actuar con base en el artículo 12 de la Ley N°7664, que indica que “toda persona estará obligada a denunciar, ante el Ministerio de Agricultura la presencia de plagas de importancia económica o cuarentenal”.
“Todo propietario u ocupante a cualquier título estará obligado a tratar, procesar o destruir los rastrojos, desechos y residuos, de acuerdo con las medidas técnicas dictadas por el Servicio Fitosanitario del Estado”, dice el artículo 20 de la misma ley.
Las autoridades fitosanitarias instan a los piñeros de San Carlos a denunciar al número de teléfono 2549-3560, cualquier finca en abandono, que pueda o esté generando problemas de este picudo.
Sobre el picudo
Este género de picudo es un escarabajo de aproximadamente 2 centímetros de largo, de color negro y anaranjado, con dos puntos negros a sus lados y un tercer punto en su cabeza.
La larva es blanca, con la cabeza oscura y sin patas. En el estado pupa, la larva se rodea de una cápsula fibrosa hasta convertirse de nuevo en adulto. Todo el ciclo de vida tiene una duración de unos cien días y se desarrolla por completo dentro de la planta de piña.
Es, normalmente, una plaga esporádica y se encuentra en plantaciones abandonadas o cuando se realiza un manejo inadecuado de rastrojos. Cuando se dejan en campo material vegetal sin tratar o frutas, el olor de la descomposición atrae a los adultos. Por eso, se debe procurar destruir adecuadamente los residuos de plantas y recoger las frutas, aconsejan los especialistas.
El mayor daño de la plaga se observa en la etapa de establecimiento del cultivo: las larvas penetran el tallo y hacen galerías, con lo cual provoca pudriciones y, posteriormente, la muerte de la planta.