“Porque es mandato divino, mandato cristiano, ser hermanos, vivir como hermanos, ser solidarios, como decía Daniel, y todos los días amar la Patria y todos los días saber que tenemos la misión de resguardarla y de defenderla con amor y en amor”.
Esas palabras las dijo Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua, al cierre del acto de conmemoración del 89 aniversario de la muerte del general Sandino, este miércoles.
En una publicación hecha por el medio digital Nicaragua Investiga, Murillo también menciona:
“Otros, los que odian, son desgraciados. Nosotros nos sentimos afortunados, dichosos de tener nuestros corazones sanos, fuertes, vigorosos, porque están llenos de amor”.
Recientemente, la dictadura sandinista liberó a más de 200 opositores políticos presos, los despojó de su nacionalidad y los deportó hacia Estados Unidos, mientras que el obispo, Rolando Álvarez, crítico con el gobierno de Daniel Ortega, fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión.
Álvarez, una de las voces más fuertes de la Iglesia Católica en Nicaragua, fue condenado por los supuestos delitos de traición a la Patria, obstrucción de funciones, agravada desobediencia en perjuicio de la sociedad nicaragüense y difusión de noticias falsas, informó el magistrado Octavio Rothschuh, presidente de la Sala Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM), al leer la sentencia.
El obispo rechazó formar parte del grupo de 222 opositores puestos en libertad e, inmediatamente, expulsados de su país.
Organizaciones de derechos humanos, la Iglesia Católica y gobiernos de diferentes países acusan al Gobierno nicaragüense de crímenes de lesa humanidad, pero, la Vicepresidenta, Rosario Murillo sostiene lo contrario e insiste en que sus corazones están llenos de amor.