José Manuel Garita, obispo de Ciudad Quesada, hizo pública su preocupación por el alto costo de la vida, un fenómeno que golpea a la mayoría de familias de nuestro país y, particularmente, a las clases sociales más desprotegidas
Garita Herrera, en una reflexión publicada en el Eco Católico, señala que se trata de una realidad que vino a desnudar la pandemia generada por el Covid-19.
“Desde el surgimiento de la pandemia, a causa del Covid-19, se ha desnudado el crecimiento de la desigualdad, el desempleo, la pobreza y la pobreza extrema. Muchas de estas problemáticas ya existían, con la pandemia se han recrudecido”, apuntó Garita.
Para el obispo de esta iglesia particular, si bien surgen gestos solidarios entre las personas ante esta realidad, son necesarias soluciones puntuales de la clase gobernante, que puedan llevar calma a las familias que sufren.
En la misma reflexión, monseñor Garita dice que no es momento para la confrontación, sino para que todos los sectores trabajen en función del bien común.
“El país viene arrastrando un endeudamiento que también nos golpea a todos, se requiere mucha responsabilidad. Debe privar, en quienes tiene que tomar decisiones, el patriotismo verdadero y razones técnicas para que nuestra Nación pueda surgir”, añade Garita.
En el contexto actual, concluye el obispo de Ciudad Quesada, deben quedar atrás los intereses de grupos particulares en detrimento de los intereses de las mayorías.
“Debemos dar rostro humano a la situación global que atraviesa la economía de Costa Rica”, insistió el jerarca católico.