Un investigación de la auditoria municipal, apoyada por los consultores Ricardo Arias Camacho y Marco Antonio Córdoba Ramírez, así como del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (LanammeUCR), que comprendió un periodo de cuatro años (2016-2020), determinó una serie de anomalías en la Municipalidad de San Carlos, que van desde lo que podría interpretarse como construcción de caminos a conveniencia de desarrollos inmobiliarios, fincas de jerarcas, anomalías en los sistemas de contratación, ausencia en el control de calidad contratada y diferencias entre lo contratado y los estudios de laboratorio realizados por LANAMME UCR.
La auditoría municipal vino a confirmar las denuncias que durante años se han venido realizando en San Carlos con la planificación y priorización de asfaltados en rutas cantonales del cantón. Incluso la misma alcaldesa Karol Salas admitió que ya tenían denuncias públicas del asfaltado de un camino que llega al portón de una finca, que según ella misma denunció, pertenece a una sociedad anónima del exalcalde y algunos de sus familiares más cercanos. Otras denuncias que salieron a la luz pública, fue el asfaltado de otro camino que según las informaciones beneficiaba una pollera en Calle Damas de la Palmera propiedad de otro familiar cercano del mismo exalcalde.
Mas de 36 mil millones de colones, se invirtieron durante estos cuatro años investigados en caminos de un cantón que tiene una red vial de más de 2.mil kilómetros. Podemos imaginar las necesidades que viven muchas comunidades, que al día de hoy ni siquiera el gobierno local ha cuantificado la cantidad de kilómetros de caminos en tierra que se tienen en San Carlos.
No podemos menos que sentir el repudio y dolor, ese dolor de comunidades olvidadas, que hoy tiene que ver que hay plata para asfaltar el camino que conduce a una finca o a una pollera, pero que nunca llegan los recursos y el lastre para que los niños, los adultos mayores o los finqueros, puedan salir de sus comunidades, victimas del barro, los puentes de tucas y demás adversidades de pueblos olvidados de la otra Costa Rica.
No podemos imaginar, cómo invierten 36 mil millones de colones y la municipalidad no tiene mecanismos de control de la calidad y eran las mismas empresas las que hacían un autocontrol, según dice este informe de auditoría respaldado por LANAMME UCR.
Dónde quedaron los estudios y los mecanismos para definir las prioridades, Plan de Desarrollo Distrital, Plan de Desarrollo Cantonal, el Plan Operativo Anual. Dónde estaban los síndicos y los concejos de distrito y por último dónde estaban los regidores de todos los partidos representados en el Consejo Municipal.
Cómo es que este elefante se paseó frente a sus narices y fue hasta que se destapó el caso Diamante que con timidez salieron a pedir una investigación que nunca antes habría sucedido si no se da el escandalo, del cual todos somos testigos. Peor aún, es ver la sesión extraordinaria donde presenta la auditoria reveladores hechos que necesariamente deben llevarse a otras instancias, donde la mayoría de regidores tratan con timidez y algunos más centrados en atacar al auditor, si fueron ellos o él quien solicitó esta investigación.
Será que el actual consejo municipal se convirtió en un club de amigos que negocian la paz, por encima del interés legitimo de ser un cuerpo deliberativo, que como les faculta el Código Municipal dedican tiempo al menos hablar de estas barbaridades que dejaron pasar mientras estaba el anterior alcalde. Sentimos que aún más responsabilidad tiene la fracción del partido Liberación y su presidente Juan Diego González que con seis regidores que les da la mayoría para la toma de decisiones, nunca se preocuparon ni cuestionaron al anterior alcalde y por el contrario pareciera siempre fueron obedientes, complacientes y simples piezas del poder que ejercía sobre ellos.
Son tan evidentes, que ahora sí todas las fracciones se unen para enfrentar a la nueva alcaldesa, que sin entrar a analizar si tienen o no la razón los regidores, si se notan valientes encarándola, cuestionándola y hasta tratándola de mentirosa, valentía que nunca tuvieron para por lo menos cuestionar hechos que fueron noticia como el supuesto asfaltado a la finca del exalcalde o a las polleras de su familia.
Les corresponde ahora reivindicarse porque por lo menos buena parte de lo que hoy se denuncia se construyó en el actual periodo municipal. Lo primero es que hablen del caso, queremos saber si ven como normal lo sucedido, deliberen diría la Ley, posteriormente digan a los habitantes de este cantón, si van a presentar formal denuncia, para que se sienten responsabilidades administrativas, civiles o penales como lo recomienda el informe de auditoría.
A la nueva alcaldesa y se equipó administrativo, le pedimos también que diga a este cantón como van a proceder para la solución de los problemas que ahí se expresan, como van a supervisar la calidad de los trabajos, como lograrán mayor claridad en los carteles de licitación y si en adelante respetarán las prioridades establecidas en los planes de desarrollo distrital, si es que no fueron hecho bajo la misma técnica con que se priorizaron las obras.
Los sancarleños merecen respuestas y principalmente acciones, no más amiguismos, no más improvisación, no más silencio complaciente por temores o porque son parte del mismo grupo que ha gobernado este cantón por más de vente años y que trasciende al mismo partido liberación.
Como medio de comunicación estaremos vigilantes, porque lo que da a conocer la auditoría solo podría ser la punta de la cola del dragón que tantos han descrito en San Carlos.