Siempre alegrando con su música el redondel de toros o la entrada de Santos, pero también el cumpleaños de algún miembro de la familia. Presente en los ámbitos público y privado desde hace más de un siglo.
La música de la Cimarrona Costarricense, como manifestación cultural de los pueblos, fue declarada patrimonio cultural inmaterial del país.
La solicitud de declaratoria ingresó a la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial en noviembre de 2020, suscrita por la Municipalidad de Santo Domingo de Heredia y el movimiento Santo Domingo Cuna de la Cimarrona, este último representado por Juan José Carazo Bolaños.
“Sumamente contentos de contar con esta protección para la música de la Cimarrona costarricense, que incluye no solo lo que conocemos como tradicional, sino que es toda la música que interpretan las cimarronas, como la fúnebre en Semana Santa y otras. Es importantísimo para nosotros estar incluidos en esta lista de patrimonio cultural inmaterial junto con el calipso”, expresó Carazo.
La nueva declaratoria cumplió con el procedimiento institucional, según lo estipula el Ministerio de Cultura y Juventud, mismo que señala que debe ser la comunidad portadora de la tradición quien solicite la declaratoria, ser valorada por la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial y que, posteriormente, la comunidad cree planes de salvaguardia para su sostenibilidad en el tiempo.
El documento oficial menciona a las comunidades de Santo Domingo y Barva, en Heredia; Palmares en Alajuela; Tres Ríos, Pacayas, San Isidro del Guarco y Juan Viñas, en Cartago; Liberia, Cañas y Nicoya, en Guanacaste; entre otras, que destacan por la práctica de la música de cimarrona.
Las cimarronas permiten el desarrollo de habilidades propiamente musicales.
Según consignó el decreto, las cimarronas están conformadas por instrumentos de viento, usualmente, clarinete, saxofón, trompeta, bugle, trombón, barítono o eufonio, tuba; y percusión: redoblante, bombo y platillos.
Surgieron en los diferentes pueblos de Costa Rica en las primeras décadas del siglo XX, su origen está en las filarmonías municipales y tienen influencia de las bandas militares de finales del siglo XIX.
La música interpretada por las Cimarronas procede de múltiples fuentes. Inicialmente, estas agrupaciones ejecutaban ritmos catalogados como parte de la música tradicional costarricense, tales como: el Son Guanacasteco, la Contradanza, el Vals, el Pasillo o la Jota, provenientes todos de diversas latitudes o influenciados por otras culturas.
Actualmente, este tipo de agrupación musical no se encuentra ligada particularmente a uno o varios de ellos, por el contrario, su conformación instrumental es tan versátil que permite la inclusión y adaptación de obras de diversos géneros, ritmos y estilos, en comunión con la idiosincrasia de cada región, cualidad que exalta una de las mayores particularidades de esta manifestación cultural.