“A mí me gusta ser modelo. Me encanta ser modelo”, dice muy segura Jessica Jacinto, una modelo de 24 años con Síndrome de Down que ha participado en varias pasarelas dentro de su país y que ha desfilado para emprendedores emergentes que han apoyado su trabajo, rompiendo así estereotipos.
Sin embargo, día a día lucha también contra la discriminación en su carrera y una crisis económica que aqueja a la mayoría de venezolanos, asegura su madre, Yanira Faride.
Vive en Valencia, estado Carabobo. Practicó gimnasia y natación cuando pequeña, pero desde los 14 años, cuando por casualidad pisó una pasarela por primera vez para participar en un concurso, la vida cambió.
“Había que llevarla a los ensayos y yo veía que ella, cada vez que iba emocionada. Yo no decía vámonos cuando ya estaba lista, eso no hacía falta ni vestirla, se vestía sola, chiquitica, así como todavía se viste rapidito para ir”, contó su madre a la Voz de América.
Tras graduarse de bachiller, estudió en la Academia de Modelaje Models’ View durante dos años, perfilándose así como una profesional en las pasarelas.
Para Jessica, el modelaje es su pasión: “Me gusta posar muy bonita. Me siento feliz. La gente está más feliz. Te aplauden más rápido. La gente siempre me ama demasiado”, dijo la joven, pues confiesa que se siente hermosa cuando se maquilla, se pinta los labios y arregla su cabello, pero sobre todo las uñas, pues no le gusta tenerlas estropeadas.
Por ello, su madre comenzó en Instagram, donde actualmente la modelo cuenta con más de 67.000 seguidores, a buscar castings, pero, asegura que en el 80% de los casos ha sido rechazada porque que no tenía las condiciones, ya que todavía en Venezuela está muy radicado el estereotipo de modelo 90, 60, 90 y 1,75 de altura, como mínimo.
De esta manera, ha sido difícil encontrar una agencia que represente a su hija, pues no les es rentable.
Otro aspecto a los que se enfrenta, incluso, cualquier modelo en Venezuela, dice Yanira, es la crisis económica, pues asegura que este gremio ha decaído.