Un comunicado de prensa del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) da a conocer cuatro de los timos más comunes con que los delincuentes callejeros despojan a sus víctimas de dinero en efectivo, siendo San José el lugar donde más se presentan con personas que viven en lugares alejados a la capital.
El gancho de ofrecer una buena recompensa económica a cambio de un favor o llamando la atención, con una opción de trabajo atractiva, los timadores callejeros dejan pérdidas millonarias a quienes caen en sus trampas. La mayoría de víctimas son personas que circulan por las calles del centro de la capital.
Ángelo Cerdas, fiscal de la Unidad de Trámite Rápido del Ministerio Público (UTR), y Yorkssan Carvajal, jefe de la Sección del Fraudes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), explicaron que, pese a recurrir a algunos métodos ya conocidos, esta delincuencia no se detiene.
El timo del falso empleador es una de estas modalidades
El fiscal Cerdas explicó que los criminales actúan creando perfiles en redes sociales o Internet, donde colocan falsas ofertas de empleo; con ello, consiguen que las personas envíen sus hojas de vida con datos que les permiten contactarlos.
De esta manera, detalló la autoridad judicial, les citan en algún lugar público del centro de San José e incluso les piden llevar una computadora o celular para instalar una aplicación o software para optar por el empleo y una vez que ganan su confianza, les piden ir a realizar una diligencia a un lugar cercano como parte de la prueba y, mientras las víctimas dejan sus pertenencias en poder del timador, este huye.
Carvajal, por su parte, reveló que este timo deja en los primeros nueve meses del año un total de 25 denuncias solo en San José, con un perjuicio económico que supera los ₡3.000.000.
Otros timos con una incidencia importante son los siguientes:
Cambio de oro: Una persona, por lo general adulta mayor, pide ayuda para cambiar piezas de oro por dinero; un cómplice llega a la escena, se hace pasar por un desconocido y se ofrece a ayudar, deja un celular o billetera como garantía y se dirige a hacer el cambio del oro. Minutos después regresa con una importante cantidad de dinero y el delincuente le entrega una parte como pago por el favor.
De esta manera, la víctima confía en el timador y se ofrece a ayudarle a cambiar otra pieza de oro, entrega algún objeto de valor como garantía y se va a realizar la diligencia, pero cuando regresa la persona se ha ido con sus pertenencias.
Cambio de lotería: De manera similar al caso anterior, alguien pide ayuda para cambiar un premio de lotería, muestra un billete premiado, pero cuando la víctima accede a ayudar y deja sus pertenencias como garantía, con un “juego de manos”, el timador le entrega un billete de lotería sin premio y, mientras la persona intenta realizar el cambio, huye con sus pertenencias.
Letra de cambio: En este caso, el delincuente recurre a un documento falso que simula ser una letra de cambio con un alto valor; al igual que en el cambio de oro, un cómplice finge hacer con éxito la gestión en un sitio cercano y recibe dinero como recompensa, esto hace que la víctima confíe y deje como garantía sus pertenencias, pero el timador huye con los objetos mientras la persona intenta hacer el trámite.
Cambio de moneda: El timador llega a un comercio a ofrecer cambiar monedas o “menudo” por billetes de altas denominaciones, convence a la víctima de acompañarle a un sitio donde tiene las monedas, esta le entrega el monto en billetes y el delincuente le pide que espere afuera para ir por el dinero, pero utiliza una segunda salida para huir del lugar con el dinero de la persona afectada.
El fiscal de la Unidad de Trámite Rápico indicó que el perfil común de las víctimas suele ser el de personas jóvenes, de lugares alejados del centro del país, que atienden el llamado del timador por necesidad, en busca de un dinero extra o de una oportunidad de trabajo, según sea la modalidad.
Por su parte, el funcionario del OIJ, destacó que quienes se dedican a esta delincuencia suelen estudiar a sus objetivos, buscan a quienes llevan consigo maletines o pertenencias que aparenten ser de valor y llaman su atención con una consulta para iniciar el acercamiento.
Ambos funcionarios coinciden en que la clave para no caer en estos engaños se encuentra en desconfiar, no atender llamados de personas desconocidas en vía pública y por ningún motivo entregar objetos de valor a personas que le abordan en la calle.
Carvajal apuntó que cerca de nueve personas ya descuentan prisión por haber cometido este tipo de hechos, por lo que, en caso de sufrir una situación de esta naturaleza, la denuncia ante la sede del OIJ más cercana es crucial para resolver la situación y disminuir la incidencia de estos delitos.