La coordinadora humanitaria de las Naciones Unidas en los territorios palestinos ocupados describió la realidad que se vive en Gaza tras los bombardeos israelíes como una situación “inhumana” sin precedentes.
En una entrevista desde Jerusalén con Noticias ONU, Lynn Hastings, informó que el agua con la que cuentan las agencias de la ONU -y no para todos los habitantes de Gaza ni en la cantidad mínima requerida para la salud-, se termina, mientras Israel condiciona la entrada de la asistencia a la liberación de rehenes.
El secretario general de la ONU, António Guterres, denunció ante el Consejo de Seguridad “violaciones claras del derecho humanitario” en Gaza, en una reunión en la que intervinieron los ministros de asuntos exteriores israelí y palestino.
Guterres exigió a todas las partes que cumplan y respeten sus obligaciones en virtud del derecho internacional y pidió que “respeten y protejan los hospitales y se respeten la inviolabilidad de las instalaciones de la ONU”, que albergan a más de 600.000 palestinos.

Un nuevo ejemplo de limpieza étnica
Por su parte, la relatora especial sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados sostuvo que el pueblo palestino encara un grave riesgo de limpieza étnica masiva y conminó a la comunidad internacional a negociar urgentemente un alto el fuego entre Hamas ya las fuerzas israelíes.
Francesca Albanese señaló situación “ha llegado a un límite”, e insistió en que “la ONU y sus Estados miembros deben redoblar los esfuerzos para lograr un alto el fuego inmediato entre las partes, antes de que se alcance un punto sin retorno. (…) Cada minuto cuenta”, reiteró.
Con respecto a la orden de evacuación del norte de Gaza, aludió a dos grandes éxodos forzados de los palestinos: “Podríamos estar presenciando una repetición de la Nakba de 1948 y de la Naksa de 1967, aunque a mayor escala. La comunidad internacional debe hacer todo lo posible para evitar que esto vuelva a suceder”, recalcó.
La experta citó con alarma las declaraciones de funcionarios públicos israelíes que abogan abiertamente por otra Nakba, que expulsó a más de 750.000 palestinos de sus hogares y tierras durante las hostilidades que llevaron al establecimiento del Estado de Israel.
La Naksa, por su parte, condujo a la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza en 1967, desplazando a 350.000 palestinos.
Para Albanese, Israel ya ha llevado a cabo una limpieza étnica masiva de palestinos “bajo la niebla de la guerra” y hoy, una vez más y en nombre de la autodefensa, “está tratando de justificar lo que equivaldría a una limpieza étnica”.
“Cualquier operación militar continuada por parte de Israel ha ido mucho más allá de los límites de las leyes internacionales. La comunidad internacional debe poner fin a estas atroces violaciones del derecho internacional ahora, antes de que se repita la trágica historia”, puntualizó.
La relatora especial hizo hincapié en que “tanto los palestinos como los israelíes merecen vivir en paz, igualdad de derechos, dignidad y libertad”, concluyó.