Pese a la contaminación del agua para el consumo humano con mercurio en media docena de comunidades fronterizos, así como a mayor vigilancia policial, la extracción ilegal de oro continúa sin dar tregua en Crucitas de Cutris de San Carlos.
Un costarricense y una decena de personas de origen nicaragüense han sido detenidos esta semana por oficiales de la Policía de Fronteras en la finca Vivoyet y alrededores durante patrullajes policiales nocturnos, vinculados al delito de minería ilegal en dicho sector fronterizo.
Erick Lacayo, director de la Policía de Fronteras, indicó que los diez extranjeros, entre los que hay un menor de edad, estaban en una condición migratoria irregular.
“En dos actividades operativas se logra la detección de once personas. Un grupo de 7 personas realizaban actividades de minería ilegal en un sector, con todas sus herramientas. Un segundo grupo de cuatro personas más, incluyendo una persona menor de edad, igual, se les logra incautar todas las herramientas necesarias para realizar la actividad de minería ilegal”, explicó Lacayo.
Los adultos fueron entregados a la Fiscalía de Flagrancia de San Carlos, mientras que el menor quedó a la orden del Juzgado Penal Juvenil de este cantón.
Los 11 detenidos serían procesados por la presunta violación al Código de Minería.
El año pasado, la Policía de Fronteras capturó a 130 personas por este mismo delito y este 2023 ya suma 46 aprehendidos por la denominada fiebre del oro.
Los policías destruyeron las herramientas y materiales usados para dichas prácticas ilegales, tales como sachos, palas, machetes, baldes y mitades de estañones, de acuerdo con un comunicado del Ministerio de Seguridad.
En los primeros días de marzo, el Gobierno firmó un Decreto de Emergencia por el envenenamiento del agua con mercurio en pueblos fronterizos.
El Ministerio de Salud se vio obligado a clausurar los acueductos y pozos artesanales de Chamorro, Chorrerras, Crucitas y El Roble de Cutris; Llano Verde y El Jocote de Pocosol por contener mercurio con niveles hasta 65 veces por encima de la máxima permitida, lo cual es un riesgo para la salud.
Esta emergencia tendría sus raíces en la extracción ilegal de oro en Crucitas, ya que también los coligalleros extranjeros y locales estaban trasladando en sacos hasta sus casas, tierra contaminada con mercurio para extraerle el metal precioso, alertaron autoridades.
Dicha situación habría provocado que el mercurio se filtrara en el suelo y contaminara las aguas subterráneas y ríos de ese sector limítrofe con Nicaragua, que también son bebidas por animales silvestres y domésticos, como el ganado.