Aunque durante muchos años la crisis climática y la crisis de la biodiversidad se han tratado como cuestiones separadas, la realidad, como se puso de manifiesto en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), es que no hay ninguna vía viable para limitar el calentamiento global a 1,5 °C sin proteger y restaurar urgentemente la naturaleza.
“Hay que considerar ambas cosas en la misma longitud de onda, y no una por encima de la otra”, dijo a Noticias ONU Elizabeth Mrema, secretaria ejecutiva del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU, el instrumento jurídico internacional para proteger la biodiversidad del planeta ratificado por 196 naciones.
Cuatro de los principales artífices del Acuerdo de París, entre ellos la ex jefa de cambio climático de la ONU, la costarricense Christiana Figueres, pidieron oficialmente a los líderes mundiales llegar a un acuerdo global sobre biodiversidad “ambicioso y transformador” en esta reunión.
“Las agendas del clima y de la naturaleza están entrelazadas (…) Sólo si se toman medidas urgentes para detener y revertir la pérdida de la naturaleza en esta década, al tiempo que se siguen intensificando los esfuerzos para descarbonizar rápidamente nuestras economías, podemos esperar cumplir la promesa del Acuerdo de París”, dijeron en un comunicado.
Tras varios días de intensas negociaciones, que se prolongaron hasta la madrugada de este domingo en la localidad egipcia de Sharm el-Sheikh, los países participantes en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático llegaron a un acuerdo que establece un mecanismo de financiación para compensar a las naciones más vulnerables por las pérdidas y los daños causados por los desastres climáticos.
Ecosistemas y regulación del clima
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) explica que la pérdida de biodiversidad ya está teniendo importantes repercusiones en el cambio climático regional y mundial.
Si bien los ecosistemas naturales desempeñan un papel importante en la regulación del clima y pueden ayudar a secuestrar y almacenar carbono, la pérdida de bosques, el drenaje de los humedales y otros tipos de degradación ambiental han contribuido significativamente al cambio climático.
Según la agencia, los esfuerzos para reducir la deforestación y la degradación de los bosques y restaurar los ecosistemas, por ejemplo, podrían contribuir a reducir las emisiones anuales de gases de efecto invernadero.
“Si invertimos en la naturaleza y en las infraestructuras de la naturaleza, los bosques, los arrecifes de coral, los manglares, los bosques costeros, nos protegerán de las grandes tormentas, proporcionarán un hábitat para las especies y también almacenarán carbono”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas a Noticias ONU.
Los arrecifes de coral tienen un nuevo defensor
Al mismo tiempo, la biodiversidad se ve afectada por los fenómenos meteorológicos y las temperaturas extremas, y especialmente en los países en desarrollo, debido a los limitados recursos de los que disponen para protegerlos.
Esto es preocupante, ya que 15 de los 17 países con mayor biodiversidad se encuentran en el Sur Global.
Los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad ya son visibles, especialmente con muchas especies animales que ya se han visto obligadas a cambiar sus patrones de migración, las plantas que luchan por adaptarse a los cambios de temperatura y, por supuesto, los gravemente vulnerables osos polares -los “animales del póster” del calentamiento global- que están muriendo de hambre en el Polo Norte debido a la falta de hielo marino en un mundo que se calienta.
En el océano, los biólogos son testigos de otra tragedia, ya que los arrecifes de coral, que proporcionan alimento y refugio a más de 7000 especies, están muriendo a causa del calentamiento y la acidificación del océano.