El alto costo de los alimentos en El Salvador tiene a muchos buscando alternativas para comprar productos a bajos precios, donde una iniciativa campesina, liderada mayoritariamente por mujeres, se está convirtiendo en una opción para adquirir verduras y hortalizas a menor costo.
Bien temprano en la mañana, recogiendo la cosecha de su huerto en casa, Carmen comienza su jornada. Ya aseguró el consumo de su hogar y ahora se prepara para vender sus hortalizas.
“Cada 15 días está recibiendo uno su poquito, depende de la cantidad que uno entregue”, dice Carmen López, agricultora.
Carmen es parte de una Cooperativa en El Salvador, integrada en un 70 por ciento por mujeres y que promueve un proyecto agroecológico, que abarca desde el agricultor hasta el consumidor y cuyo modelo de negocio funciona mediante suscripción por un mínimo de tres meses, en el que prometen tener precios fijos hasta por un año.
“La persona, pues, se inscribe para recibir la canasta, pagan el anticipo y acordamos si va a ser semanal o quincenal la entrega. Ellos pagan un 50 por ciento del total de la canasta, por ejemplo, una canasta pequeña cuesta veinte dólares y le ofrecemos de 12 a 14 productos, en la que van siete hortalizas, tres frutas de temporada, van también hierbas aromáticas y una dotación de huevitos “, mencionó Kasandra Portillo, presidenta de la Cooperativa.
En El Salvador, la inflación y los efectos de fenómenos climatológicos han provocado en los últimos dos años, un aumento de casi un 30 por ciento de la canasta básica, provocando que más del 60 por ciento del salario mínimo vaya en alimentos y, en algunos casos, hasta el 80 por ciento del mismo.
De ahí que para algunos, la “canasta campesina” se ha vuelto más que una opción, una solución.
“Claro, es súper barato, porque digamos, creo que la única forma de verlo sería comparándolo con el mercado común. Gana el productor, gana el consumidor y gana el medio ambiente”, dijo uno de los consumidores consultados.
Y, gracias a un plan de siembras bien elaborado, la Cooperativa produce todo el año. Es por eso que hoy, Carmen ya cortó sus chiles y ya planificó que la siguiente semana sembrará otros productos.
En El Salvador, según el Centro de Defensa del Consumidor, el 90 por ciento de las verduras y hortalizas que se consumen llegan de otros países. Para expertos, esta iniciativa representa un ejemplo de economía sustentable y una alternativa para hacerle frente a la inseguridad alimentaria.