Pital es el distrito número seis del cantón de San Carlos, que, precisamente, el próximo mes de noviembre estará celebrando 75 años de creación.
Es un territorio de poco más de 379 km², donde la producción agropecuaria y agroindustrial mueven la economía.
Raíces, tubérculos y piña son algunos de los cultivos que salen desde Pital hacia mercados locales, nacionales y mundiales.
Este desarrollo es fuente de trabajo y de bienestar para muchas familias pitaleñas, pero, irónicamente, también ha puesto en peligro la naturaleza, el agua y la salud de su gente.
La expansión de cultivos como la piña y el uso constante de agroquímicos ha dejado a comunidades como Veracruz sin fuentes de agua potable aptas para el consumo humano porque fueron contaminadas con sustancias tóxicas como el Bromacil.
Conciencia ambiental
Afortunadamente, muchos jóvenes pitaleños tienen ahora mayor conciencia ambiental y entienden que, si bien no podrán revertir algunos daños a los ecosistemas, deben cuidar lo natural que aún tienen en sus comunidades.
Ellos reconocen que el hombre, con acciones como la tala de los bosques, las quemas de terrenos y el uso de sustancias tóxicas, entre otras, es el principal responsable del calentamiento de la tierra y que el cambio climático no perdona.
Es por esa razón que trabajan en la limpieza de quebradas y programas de reforestación en todo el distrito, siembra de árboles para la alimentación de aves, mariposas y otras especies animales, en fin, en la recuperación de espacios verdes que permitan un equilibrio ambiental.
También, imparten charlas de educación en escuelas, colegios e incluso, en algunas empresas productoras de piña para sensibilizar sobre los beneficios que pueden tener pequeñas acciones en el medioambiente.

Conozcamos Vera Verde
Vera Verde es un grupo de muchachos de Pital de San Carlos, quienes decidieron juntarse hace poco más de una década para abrir paso a la creación de espacios con mejor calidad de vida para los seres vivos.
“Nos percatamos de que la naturaleza nos regala cosas muy bonitas y no las valoramos. Damos más importancia al teléfono celular que a una flor, a un árbol, a un pájaro, a una quebrada, sin analizar que la naturaleza nos da múltiples beneficios”, dijo Carlos Alvarado Navarro, uno de los representantes de Vera Verde.
Estos muchachos están dando ejemplo con sus acciones ambientales, al punto que en poco tiempo han logrado transformar una fuente de contaminación en un pulmón natural para la comunidad de Veracruz y todo el distrito.
Se trata de un terreno comunal que estaba siendo usado como botadero de basura a cielo abierto.
Además de la contaminación que mostraba, dicha área representaba un peligro para la salud pública y para muchos niños, que también la usaban para jugar.
Es precisamente la preocupación por el impacto de la basura en el medio ambiente la que da origen a Vera Verde.

“Decidimos organizarnos y hacer varias campañas de limpieza. Solo a la quebrada que atraviesa este terreno, le hemos sacado más de 22 toneladas de basura, desde inodoros, hasta refrigeradoras, motores, piezas de carros, perros muertos, entre otros, es impresionante lo irresponsables que somos con los recursos naturales”, añadió el joven ecologista.
Luego de las jornadas de limpieza, se dieron a la tarea de buscar semillas de especies como Ojoche, Castaño, Fruta de Pan y Sota caballo, entre otras especies para germinarlas en un pequeño vivero que poseen y, posteriormente, llevaron al campo.
Esos árboles ya comienzan a dar sus frutos y la naturaleza lo agradece con el canto de las chicharras, la brisa fresca, la danza de mariposas, la presencia de diversas aves y los monos congos.
Significa que, lo que antes era un peligro para la salud humana y una agresión constante contra los recursos naturales es hoy un área de encuentro, un lugar que atrae a quienes buscan la frescura de un árbol, un espacio que muestra que la naturaleza es agradecida y que la semilla de Vera Verde es una acción concreta que contribuye a sanar el ambiente en un estado crítico.
