La mañana de hoy sábado el joven sancarleño Jeison Javier Linares Sáenz fue ordenado diácono al servicio de la Diócesis de Ciudad Quesada, con la imposición de manos de Monseñor José Manuel Garita Herrera, Obispo de Ciudad Quesada.
Sobre este acontecimiento religioso en Ciudad Quesada monseñor Jose Manuel Garita indicó “La llamada y la misión pueden provocar temor en el corazón humano a causa de la conciencia de la propia pobreza y debilidad; pero, quien es llamado debe ser un creyente que confía en aquel que lo llamó: ‘no tengas miedo porque yo estoy contigo para protegerte’
“A través de una relación cercana de intimidad con el Señor, a través de la celebración eucarística, la oración personal, la liturgia de las horas, la lectio divina, la confesión frecuente y la piedad mariana (…) es como se puede renovar y vivir a profundidad la caridad pastoral, el celibato por el Reino de los cielos, la comunión con el presbiterio y la actitud de obediencia y respeto al Obispo, todo ello, por supuesto, con fe auténtica y sentido sobrenatural”, expresó Monseñor Garita, al referirse a la nueva misión de Jeison Javier al aceptar el llamado de Dios.
Minutos antes, a las 9:30 a.m., Jeison Javier hizo la profesión de fe, un acto en el cual también se le recordó el compromiso que asumió y, para la cual, Monseñor le pidió mantenerse fiel al Señor y a la Iglesia.
El diácono nació el 9 de octubre de 1993, y es el mayor de tres hermanos. Sus padres son Rosario Sáenz Rojas y Manuel Linares Pérez. Sus hermanos son Gabriela y Jairo.
Recordemos que, como parte del tercer grado del sacramento del orden sacerdotal, el diácono, por la imposición de manos, se convierte en inmediato colaborador del Obispo y de la Iglesia en el anuncio de la Palabra; en el servicio del altar y en el ministerio de la caridad hacia los más pobres y necesitados.
El diácono se convierte en clérigo y se incardina, en el caso de Jeison Javier, a la Diócesis de Ciudad Quesada. Jeison Linares podrá ahora administrar el bautismo, presenciar el matrimonio, llevar el viático (administrar la comunión), presidir las exequias y dirigir la homilía, entre otras funciones.
El Obispo de Ciudad Quesada invitó al diácono a una conversión permanente, además de amar al estilo de Jesús, entregando su vida por los demás, en una llamada que hizo también a todos los cristianos.
“Nuestra mirada ha de centrarse en el Señor para renovarnos en la esperanza y la confianza; solamente desde Él podremos vencer el individualismo, el egoísmo y la división que traen consigo caos y confusión, y que son fruto de la ausencia de la verdad única y objetiva que es Jesucristo”, destacó Monseñor José Manuel Garita Herrera.
Por su lado, el nuevo diácono aseguró que el Señor sigue llamando a servirle, por medio de distintas vocaciones y, “sigue capacitando también para el sacerdocio”.
“Esto no fue mío, es del Señor, porque él permite que todo transcurra de una manera, en la cual, uno sabe que Dios es el que actuó”, dijo Jeison Linares.
Pide a Jesús Buen Pastor que le dé la fuerza para servir a la Iglesia. “Quiero acompañar al pueblo, a la Iglesia, hasta donde el Señor me lo pida. Toda mi vida tiene que ser para servir”, señaló.
Jeison envió un mensaje a los seminaristas de la Diócesis de Ciudad Quesada para seguir perseverando en la fe y en la vocación, al tiempo que se encomendó a las oraciones para poder mostrar el rostro de Jesús a donde le toque servir como diácono.
Al finalizar la celebración, Monseñor designó a Jeison Javier a la Parroquia El Buen Pastor de Río Frío para realizar su diaconado. Justo en esta comunidad ha estado sirviendo como acólito.