La Asociación de Apicultores de la Zona Norte pidió al Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) una investigación profunda, que permita establecer las causas de un aparente envenenamiento y muerte masiva de abejas en el distrito de La Palmera de San Carlos.
Este hecho sucedió el pasado 24 de agosto en el apiario de Andrés Aragonés, ubicado en el caserío de San Francisco y afectó 40 colmenas en total, donde murieron el 90 por ciento de las abejas que se alistaban para la producción de miel de los primeros meses de 2023.
La Asociación de Apicultores señaló que, esta muerte masiva de abejas coincidió con la aplicación de herbicidas con bombas de motor en los potreros de una finca ganadera cercana.
Consultado por La Región, Aragonés Rodríguez confirmó la muerte masiva de abejas en el apiario de su propiedad, un hecho que descarta fuera intencional, pero que le causa pérdidas económicas por encima de los cuatro millones de colones.
“Cada colmena podría tener una población de 25 mil abejas y murieron el 85 o 90 por ciento de ellas. Esto sucedió cuando empezó la aplicación de químicos en una finca cercana y quiero aclarar que lo sucedido no fue algo intencional, fue solo un error, ya que cuando empezó la fumigación, comenzó la afectación. La muerte de abejas paró hasta que terminó la aplicación de herbicidas”, explicó Aragonés a este medio.
San Carlos fue declarado por el Concejo Municipal, cantón amigo de las abejas en abril de 2021 con el propósito de protegerlas y fortalecer la producción de miel en la zona, sin embargo, lo sucedido en La Palmera contradice esta declaratoria.
Se habla de que, el número de abejas muertas en este apiario en La Palmera ronda el millón.

Pese al daño ecológico y económico, el apicultor Aragonés dijo que no piensa establecer acciones legales, pues anhela que lo sucedido sirva como lección para mostrar la fragilidad de estos insectos, la importancia de preservar los ecosistemas y evitar factores que deterioren el ambiente.
“Mientras estaban aplicando el químico en los potreros, a las colmenas llegaban las abejas con poca habilidad para volar, algunas incluso por el envenenamiento no lograban llegar a los cajones. No es fácil recuperar la pérdida de reinas y miembros de la colmena, pues todo el material contaminado se debe desechar; quiero que esto sirva como precedente para que se establezcan métodos de trabajo más amigables con el medio ambiente”, añadió Aragonés.
En esta Zona Norte existen más de mil colmenas, distribuidas en 50 apiarios, que producen más de 19 toneladas de miel por año, según datos del Censo Nacional Apícola 2021.
Las abejas son polinizadores por excelencia y la mayoría de plantas las necesitan para poder reproducirse.