El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, invitó a los religiosos que son “perseguidos” por el gobierno de Daniel Ortega, en Nicaragua, a refugiarse en su país, esto durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU, la cual se lleva a cabo esta semana en New York.
“Quiero anunciar que Brasil abre sus puertas para acoger a los sacerdotes y monjas perseguidos en Nicaragua”, subrayó Bolsonaro.
El pronunciamiento del mandatario brasileño se da en el contexto de una persecución puesta en marcha por Ortega contra la Iglesia Católica y sus sacerdotes, a quienes ha llamado “diablos con sotana” y “golpistas” por criticarlo, tras la represión a las protestas de 2018 que dejaron más de 300 muertos.
En 2022 la arremetida de Ortega contra la Iglesia Católica se ha intensificado al encarcelar a más de 11 sacerdotes, incluido un obispo, además de expulsar al representante del papa Francisco en Nicaragua, el nuncio Waldemar Stanisław Sommertag.
De igual forma Ortega ha expulsado a un grupo de misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta y ha prohibido varias actividades religiosas, como procesiones, alegando “razones de seguridad y de orden público”.
A eso se suma el exilio de un grupo de sacerdotes críticos a Ortega, como monseñor Silvio Báez y Edwin Román, quienes se encuentran refugiados en Miami.