El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (OVSICORI), de la Universidad Nacional (UNA), decidió colocar a partir de este mes de marzo, una red de sismómetros en Cinchona de Sarapiquí para identificar la peligrosidad sísmica en este territorio, azotado por un devastador terremoto en 2009.
Esto, luego de que el sábado 18 y el domingo 19 de febrero, Cinchona fuera escenario de nuevos sismos fuertes, con magnitudes de 5 y 4.3 grados, respectivamente, asociados a una falla distinta a la que originó la mortal sacudida de hace 14 años.
Esteban Chaves, sismólogo e investigador del OVSICORI, explicó que tales equipos de monitoreo son complementarios a la red sísmica que posee el Observatorio de manera permanente en todo el país.
“Lo que hacemos es aumentar la cantidad de oídos que están escuchando el interior de la tierra, lo cual nos permite tener una mejor resolución de la actividad sísmica”, expuso Chaves en declaraciones a Telenoticias.
Los sismómetros son sensores muy sensibles, capaces de detectar fácilmente una explosión a una distancia de 100 kilómetros.
“Necesitamos analizar los datos para saber dónde están ubicados los sismos, las zonas que son más débiles y que están liberando energía”, dijo Chaves.
El investigador del OVSICORI añadió que, los datos que arrojen los sismómetros en las próximas semanas les expondrán los puntos propensos a temblores más fuertes a futuro.
En 2009, el terremoto de Cinchona, de 6,2 grados de magnitud, provocó la muerte de 27 personas y dejó un pueblo destruido debido a los múltiples daños que causó el fuerte movimiento.