El número de personas que sufre inseguridad alimentaria aguda y requiere asistencia alimentaria urgente para salvar sus vidas sigue aumentando a un ritmo alarmante. Por eso, es más urgente que nunca antes hacer frente a las causas profundas de las crisis alimentarias en lugar de solo responder después de que estas ocurren.
Esta es una de las principales conclusiones de un informe anual presentado este mes de agosto por la Red mundial contra las crisis alimentarias, una alianza internacional de las Naciones Unidas, la Unión Europea, organismos gubernamentales y no gubernamentales que trabaja para hacer frente conjuntamente a las crisis alimentarias.
El informe se centra en aquellos países y territorios donde la magnitud y gravedad de la crisis alimentaria superan los recursos y capacidades locales. En estas situaciones, se requiere la movilización de la comunidad internacional.
En el documento se pone de manifiesto que, alrededor de 193 millones de personas en 53 países o territorios se encontraban en contextos de crisis con una inseguridad alimentaria aguda o en situaciones peores en 2021. Esta cifra representa un incremento de casi 40 millones de personas en comparación con las cifras máximas ya registradas en 2020.
Los conflictos siguen siendo el principal factor impulsor de la inseguridad alimentaria.
Si bien el análisis es anterior a la invasión a Ucrania por la Federación de Rusia, el informe señala que la guerra ya ha dejado al descubierto la fragilidad de los sistemas alimentarios mundiales, con graves consecuencias para la seguridad alimentaria y nutricional del mundo.
El informe pone de relieve que los países que ya afrontan altos niveles de hambre aguda son especialmente vulnerables a los riesgos que la guerra crea en Europa oriental, en particular debido a su alto grado de dependencia de las importaciones de alimentos e insumos agrícolas y vulnerabilidad ante las crisis de los precios mundiales de los alimentos.
“El hambre aguda se está disparando a niveles sin precedentes y la situación mundial sigue empeorando. Los conflictos, la crisis climática, la COVID‑19 y el aumento de los costos de los alimentos y los combustibles han creado una tormenta perfecta, y ahora tenemos la guerra en Ucrania, que añade una catástrofe más a la catástrofe. Millones de personas en decenas de países se ven empujadas al borde de la inanición. Necesitamos urgentemente financiación de emergencia para sacarlos del abismo e invertir esta crisis mundial antes de que sea demasiado tarde”, dijo el Director Ejecutivo del PMA, David Beasley.
Las conclusiones del informe demuestran la necesidad de dar mayor prioridad a la agricultura a pequeña escala como respuesta humanitaria de primera línea a fin de superar las limitaciones de acceso y como solución para invertir las tendencias negativas a largo plazo.