La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas alertaron este viernes de que el hambre en Cité Soleil, un barrio urbano de Puerto Príncipe, en Haití, ha alcanzado niveles catastróficos, o el nivel más alto -5- en la Clasificación Integrada de las Fases de Seguridad Alimentaria (CIF).
Según el último análisis, una cifra récord de 4,7 millones de haitianos se encuentra actualmente en situación de hambre extrema, que incluye a 1,8 millones en fase de emergencia y, por primera vez en Haití, 19.000 individuos en un nivel catalogado como catastrófico.
Durante los últimos tres años, Cité Soleil ha experimentado un preocupante aumento de la inseguridad alimentaria. Esta insuficiencia afecta actualmente al 65% de su población, especialmente a la más pobre y vulnerable, y el 5% de sus habitantes precisa ayuda humanitaria urgente.
El desbocado aumento de la violencia por parte de grupos armados que se disputan el control del enclave provocó que sus residentes perdieran el acceso a su trabajo, a los mercados y a los servicios de salud y nutrición. Muchos de sus habitantes tuvieron que huir o esconderse en sus casas.
La seguridad alimentaria no solo afecta a ese barrio de la capital, sino que también se deterioró en las zonas rurales, con varias de ellas pasando del nivel de crisis -3- al de emergencia -4-.
Las pérdidas de cosechas debidas a la escasez de precipitaciones con registros inferiores a la media y el terremoto de 2021, que devastó partes de los departamentos de Grand’Anse, Nippes y Sud, fueron otros factores que empeoraron las condiciones de vida de los haitianos.
Durante al año en curso y a pesar de la inestabilidad en Puerto Príncipe, el Programa Mundial de Alimentos prestó asistencia de emergencia a más de 100.000 personas en el área metropolitana. Durante 2021 ayudó a 1,3 millones de personas y prevé llegar a 1,7 millones de haitianos en 2022.
La agencia necesita 105 millones de dólares para la respuesta a la crisis durante los próximos seis meses, mientras que la FAO precisa urgentemente unos 33 millones de dólares para ayudar a más de 470.000 personas en situación de vulnerabilidad extrema.
Al devastador efecto de los fenómenos naturales y a la constante agitación política que vivió el país durante años, actualmente hay que añadirle el inicio de la crisis alimentaria mundial, que conllevó el aumento de los precios de los alimentos y el combustible.
Este cúmulo de circunstancias provocó una creciente agitación civil que ha sumido actualmente a Haití en el caos, paralizando por completo las actividades económicas y el transporte.
La cesta básica de alimentos está fuera del alcance de muchos haitianos. La inflación se mantiene en un 33% y se duplicó el precio de la gasolina. La situación se ve agravada por un reciente brote de cólera y las carencias en el transporte de agua.
El brote ya afecta a cerca de 100.000 niños menores de cinco años que sufren desnutrición aguda severa, reportó UNICEF