La resolución N° 4724-M-2022 del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), del catorce de julio de dos mil veintidós, que elimina las credenciales al Alcalde, Alfredo Córdoba Soro, terminó con un mandato de más de veinte años, que hasta esa fecha estuvo a prueba de todo: Un electorado que abrumadoramente le apoyó en cada proceso electoral para reelegirse, cuestionamientos de todo tipo y diferentes procesos judiciales, que al final concluyen con la sentencia N° 791-2019, del 12 de noviembre de 2019, en la que se le inhabilitó para ejercer cargos públicos y de elección popular por seis meses y se le condenó a pagar 3.6 millones de colones por daño moral.
Alfredo, el regidor y el alcalde, cosechó a lo largo de estos 20 años amores y odios. Fue un líder con una gran capacidad resolutiva, sin miedo a utilizar los recursos para hacer obra y con una habilidad política, que defensores y detractores reconocen.
Logró mantener siempre a la Municipalidad de San Carlos en los primeros lugares del Índice de Gestión Municipal de la Contraloría General de la República y, fue evidente la inversión en obras, sobre todo en el mejoramiento de la red vial cantonal, pavimentando cientos de kilómetros en los trece distritos del cantón.
A todo lo bueno de sus veinte años siempre le persiguió la sombra de la corrupción, primero fue un rumor de pueblo, luego escaló a denuncias penales contra él o algunos funcionarios, juicios donde resultó absuelto en unos, otros aún están pendientes y condenas como la que lo tiene fuera de la función pública.
Esa imagen, rumores, juicios y condenas no es gratis El pueblo de San Carlos ha visto a empleados de bajo rango ostentando riquezas, lujos que pocos empresarios de la zona se dan, regidores actuales muy cercanos a él, con condenas en primera instancia al ser sorprendidos recibiendo dádivas por reparar un camino, funcionarios cercanos acusados de favorecer familiares con contratos (juicios pendientes) y al mismo Alfredo Córdoba salir esposado, acusado de utilizar el poder para hacer negocios con empresas constructoras, como lo señala el Ministerio Público en el caso Diamante.
Su peor error, quizás por tanto tiempo en el poder, fue creer que estaba por encima del bien y el mal, que había adquirido inmunidad a las denuncias y se embriagó de poder al punto de lograr que el Partido Liberación Nacional (PLN), que lo sostuvo siempre, estuviera un peldaño abajo de su trono.
Se evidenció cuando impuso a la Asamblea Cantonal verdiblanca, el nombre de Karol Salas Vargas, quien para ese entonces era militante del partido Restauración Nacional, como su primera Vicealcaldesa. Al final terminó siendo ella su piedra en el zapato, al plantear la denuncia ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), que acabó dándole la razón para sacarlo por la puerta trasera del poder en la Municipalidad de San Carlos.
Terminan veinte años y un modelo de Gobierno Local. Inicia uno nuevo, que está en las manos de Karol Salas.
Sus grandes retos serán demostrar que la Municipalidad de San Carlos es más que una persona, que con el Presupuesto que tiene este ayuntamiento, que se acerca a los 20 mil millones de colones, las obras tienen que llegar, que la institución tiene un aparato administrativo y operativo que puede seguir manteniendo a San Carlos en los primeros lugares, que tiene la fuerza y el carácter para limpiar la corrupción y, sobre todo, la habilidad política para unir al Concejo Municipal en esta nueva etapa.
El Concejo Municipal también tendrá que resetearse, principalmente, los regidores del Partido Liberación y su aliado del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Luis Fernando Solís Sauma.
Ahora tendrán que comenzar a actuar y pensar por ellos mismos, se les fue el líder que proponía y con su liderazgo, podríamos interpretar, imponía el destino del Presupuesto Ordinario y Extraordinario de la Municipalidad. Prueba de ello fueron los dos últimos Presupuestos Extraordinarios, que en muy pocos días estaban aprobados, sin objeciones.
El reto es también para los Consejos de Distrito de todo el cantón, que tienen síndicos muy allegados al exalcalde Córdoba, algunos con tantos años como él en el poder y que ahora tendrán que trabajar con la nueva alcaldesa.
San Carlos inicia una nueva era, un nuevo modelo, una nueva propuesta política y de trabajo. Hoy el poder lo tiene Karol Salas Vargas, así lo establece el Código Municipal.
Los regidores y el Concejo Municipal aprueban presupuestos y hacen control político. Si fracasa Karol, ellos también, porque no podrán negar que en ese barco están montados todos y por el bien del cantón de San Carlos, esperamos verlos unidos sacando la tarea.