Cae la noche en las calles de San José y la incertidumbre se apodera de Júnior Castillo, un migrante de 27 años, originario del Estado Yaracuy, Municipio San Felipe, Venezuela.
Recientemente, se enteró de la medida de Estados Unidos de cerrar las fronteras a los venezolanos, tras anunciar un plan ordenado de migración, aunque dice que tiene clara pocas cosas que de boca en boca se han transmitidos unos a otros.
Este hombre pernocta en las calles de San José junto a nueve personas más, incluido su pequeño hijo “Felipe”, con la incertidumbre de seguir o no su viaje hacia Estados Unidos, tras conocer la medida.
“Lo poco que sabemos de la medida que anunció Estados Unidos recientemente es lo que hemos escuchado también de personas que se han comunicado con nosotros porque esto es una cadena”, dice.
El nuevo programa de Estados Unidos consiste en permitir el ingreso legal de 24.000 venezolanos apadrinados por individuos solventes en su territorio y busca desalentar la migración irregular en su frontera sur, que ha aumentado a niveles históricos en los últimos años.
“Escuchamos es que es una medida que se estaba implementando con las personas de Ucrania también, que era tener un patrocinante ya en los Estados Unidos residenciado con un estatus económico estable que pudiera recibir a una persona y entonces hacer la solicitud de la persona que está allá, al que está con deseos de entrar a Estados Unidos. Eso es lo que hemos escuchado”, agrega el hombre acongojado.
El número de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en todo el mundo ha superado los 7,1 millones y el éxodo continúa ante la falta de solución a la crisis política en el país del sur.
Angela Marcano, de 22 años, es otra migrante venezolana que está en otro punto de la capital costarricense, que es donde en los últimos meses han decidido hacer una parada para recoger dinero para seguir su destino a Estados Unidos.
La mujer que también carga con su hija de dos años, aún sigue incrédula de las noticias que le dijeron sus compañeros de que no permitirían el ingreso irregular de más venezolanos por la frontera sur estadounidense, o al menos eso intenta hacerse creer.