La detección y diagnóstico temprano son claves en el cáncer de mama, pues permiten determinar el subtipo molecular y estadío de la enfermedad, facilitando al equipo médico tratante la adecuada determinación del tratamiento e incrementar el pronóstico de supervivencia de las pacientes.
Cada año se diagnostican más de 2.2 millones de nuevos casos en el mundo, es decir, cada 14 segundos una persona recibe la noticia de que tiene esta enfermedad y, al menos 684 mil pacientes mueren por esta causa a nivel global.
Con el avance de la ciencia también ha evolucionado el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, concluyendo que no es la misma en cada persona que la padece.
El cáncer de mama cuenta con diferentes características, definidas según las características propias del tumor y del paciente.
El Dr. Jorge Luis Soriano, máster en Oncología de Precisión, señala que:
“El cáncer de mama es uno de los tipos de cánceres que más investigación ha tenido a lo largo de los años. Múltiples tratamientos han permitido tener varias líneas de procedimientos para esa enfermedad metastásica. Incluso, puede ser que una paciente responda a una determinada línea terapéutica y posterior haya que tratarla con una segunda o tercera. Los tratamientos para este tipo de cáncer tienen por objetivo la prolongación de la supervivencia con incremento o mantenimiento de la calidad de vida de la paciente”.
Sin embargo, en Centroamérica y El Caribe la detección temprana continúa como el principal desafío para la atención del cáncer de mama, y con ello, brindar mayor oportunidad de cura a las pacientes.
Así se desprende del grupo focal Breast Cancer Revealed, iniciativa que trabajó con equipos multidisciplinarios de toda Latinoamérica para identificar los principales desafíos y las oportunidades para las pacientes.