Con el aumento de las lluvias, la probabilidad de encontrarse cara a cara con una serpiente, también crece.
Isaías Parra, pequeño agricultor de Horquetas de Sarapiquí, contó a La Región que solo en las dos últimas semanas ha logrado esquivar la mordedura de dos terciopelos mientras realizaba labores agrícolas en su parcela, ubicada en el sector de La Chaves.
“Cada vez siente uno más miedo de ser atacado por estas bichas. He estado chapeando una plantación de palmito que tengo y ayer martes, por poco y me muerde una terciopelo de casi dos metros de largo. Estaba ya en posición de ataque, debajo de una palmera, la tuve que matar porque ya se me iba a tirar encima”, expresó el campesino a este medio, mientras un escalofrío recorría su cuerpo.
Parra adicionó que la semana pasada también se encontró con otra, pero el reptil se escabulló entre la maleza.
Este parcelero asegura que, la presencia de serpientes venenosas es cada vez más común en Sarapiquí y que con las lluvias llegan hasta el patio de la casa, incluso una le mató un perro tiempo atrás.
“Hace unos meses, ya era de noche, una perrita que tenía ladraba enojada, me levanté para ver qué pasaba y me eché para atrás cuando abrí la puerta, otra terciopelo había llegado al patio de la casa, mordió y me mató a la perrita. Yo digo que la perrita nos salvó porque la bicha pudo haber mordido a alguno de los carajillos”, dijo el pequeño agricultor.
Otro caso
El fin de semana, pero en el sector de Crucitas de Cutris de San Carlos, oficiales de la Policía de Fronteras y socorristas de la Cruz Roja evitaron que un campesino muriera por la mordedura de una serpiente venenosa.
El agricultor fue identificado como Luciano López, de 48 años, quien fue trasladado de emergencia hasta la Clínica de Santa Rosa de Pocosol.
Según López, la serpiente que lo mordió fue una terciopelo y lo atacó cuando realizaba labores de campo.

Bomberos consultados confirmaron a La Región que, en la época lluviosa hay que cuidarse de las mordeduras de serpientes porque por el agua, salen de sus madrigueras en busca de lugares cálidos donde guarecerse, como bodegas, corrales, maceteros, tendederos de ropa y corredores de viviendas.
Los especialistas aconsejan a la población de la Zona Norte tener precaución y en caso de encontrarse con uno de estos reptiles, evitar acercarse y llamar de inmediato al 9-1-1.