Junto a representantes de más de 160 países, una delegación de Costa Rica, conformada por especialistas del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), participó en la Convención de CITES, que analizó y adoptó acciones concretas para proteger más de 500 especies de vida silvestre en peligro de extinción.
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres es un acuerdo internacional concertado entre gobiernos. Su objetivo es velar por que el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para la supervivencia de las especies.
Entre las nuevas especies incluidas destacan casi 100 tipos de tiburones y rayas, lo cual es de gran interés para Costa Rica, así como más de 150 especies de árboles, 160 especies de anfibios, incluidas ranas tropicales, 50 especies de tortugas y varias especies de pájaros cantores. Todas esas especies han visto disminuciones en sus poblaciones en los últimos años.
Las ranas, por ejemplo, están dentro de las especies de flora y fauna de nuestro país en riesgo de extinción debido a la destrucción de su hábitat, contaminación de las aguas y el cambio climático.
La reunión de expertos, realizada en Panamá, adoptó un total de 46 propuestas de las 52 presentadas para abordar la crisis de la biodiversidad en el planeta.
Las regulaciones CITES están diseñadas para garantizar la sostenibilidad de estas especies en la naturaleza, al tiempo que permiten su comercio internacional y contribuyen a la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad mundial.
Esta reunión es también conocida como la Conferencia Mundial sobre la Vida Silvestre.
Además, los representantes de los países que integran la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres acordaron un enfoque conjunto para apoyar a México en su lucha por salvar a una especie de marsopa de la extinción.
Se cree que el número de vaquitas en el Golfo de México se ha reducido a menos de veinte. Está en peligro de extinción debido a la pesca de una especie diferente, la totoaba.
Las partes acordaron un enfoque coordinado, diseñado para limitar la pesca en totoaba y, en consecuencia, reducir la amenaza para la vaquita.