El Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) considera que la reciente sentencia dictada en el proceso judicial, en el que figura como ofendida María Tacsan Ulate, llama a reflexionar sobre la necesidad de revisar la perspectiva desde la cual se examinan estos casos.
Destaca que, el femicidio no es un fenómeno accidental. Es la forma más extrema y mortal de la violencia contra las mujeres de todas las edades y condiciones.
“La sensación de impunidad no puede ser el mensaje final que esté recibiendo la ciudadanía, si lo que se busca más bien es el combate y la prevención de la violencia contra las mujeres”, advierte el Instituto.
Agrega que, tal y como lo ha establecido la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el acceso a la justica debe ser no solo un recurso para procesar y condenar a los responsables de los actos de violencia, sino principalmente, debe servir para prevenirla.
“La impunidad promueve la permisibilidad y normalización de la violencia hacia las mujeres, así como la sensación de falta de debida diligencia por parte de los agentes del Estado. Que se respeten los principios fundamentales de presunción de inocencia y debido proceso, que incluye el de in dubio pro reo; sin embargo, se deberá analizar también la presencia de numerosos indicios que pueden justificar jurídicamente una condena”, añade el INAMU.
Adicionalmente, pide analizar las actitudes y conductas de las personas que abordan las investigaciones y la medida en que estas propician que la violencia hacia las mujeres se vea normal, a fin de lograr cambios significativos.
En este caso, el Tribunal Penal absolvió por duda al médico acusado del femicidio de Tacsan, su esposa. La mujer fue asesinada el 19 de setiembre del 2020, en San Rafael de Heredia.
Esta es una sentencia que aún puede apelarse.