El caracol africano, una especie exótica de molusco que representa un riesgo bacteriológico para humanos y animales varios, se ha convertido en días recientes en plaga en una de las ciudades más importantes de Venezuela, Maracaibo.
Expertos en ambiente y ciudadanos han reportado la presencia de cientos de caracoles africanos gigantes en patios de casa, sembradíos, jardines y colegios de Maracaibo, la urbe que funge como capital del estado más poblado del país suramericano, Zulia.
Se trata de un caracol cuya concha es cónica y puntiaguda, de color marrón y beige, con rayas alternas, que posee dos pares de tentáculos en su región cefálica y que produce excesiva baba, explica a la Voz de América el biólogo venezolano, Lenín Parra.
“Es un potencial transmisor de enfermedades, por lo que se debe tener cuidado ante su presencia y reproducción excesiva. En otros lugares, sí han transmitido parásitos y bacterias patógenas, pues se desarrollan en cañadas con presencia de aguas residuales”, expone Parra.
Esta especie ha representado un reto para la salud pública en otros 60 países de Asia, Oceanía, Europa y América, entre ellos Colombia, cuyo gobierno publicó en 2017 un instructivo sobre la problemática.
En ese documento, se precisa que el caracol africano gigante tiene seis posturas al año y que, en cada una, produce de 30 a 1.000 huevos.
El gobierno colombiano subrayó además que el caracol africano es “hospedero intermediario” de parásitos capaces de producir afectaciones en el sistema nervioso central, las vías respiratorias, angiostrongiliasis abdominal (perforación intestinal, peritonitis, hemorragia), meningoencefalitis eosinofílica (que puede causar hipertensión intercraneal).
El caracol africano también ha estado presente en Estados Unidos. El Departamento de Agricultura y Servicios para Consumidores de Florida reportó que su plaga ha sido erradicada en dos oportunidades en este estado norteamericano. La primera vez que fue detectado en esa región del sur de Estados Unidos fue en 1969.
La erradicación más reciente fue en 2021 luego de que fuera detectado en el condado de Miami-Dade.
El gobierno venezolano, hasta el momento, no se ha pronunciado con respecto a la presencia del caracol africano en ciudades del occidente del país, como Maracaibo.