Solo durante el mes de marzo, un total de 113 conductores dieron positivo a la prueba de alcohol en las carreteras nacionales, según datos revelados por la Policía de Tránsito.
Este mismo reporte de esas autoridades agrega que, en el primer trimestre de este año fueron 838 los casos positivos por licor al volante, para un promedio de 10 casos por día, muy por encima del promedio de todo el 2021, que sumó 2.383 casos positivos.
“Es un promedio muy alto si se compara con los últimos dos años, también supera en 18 casos al primer trimestre del 2021 y eso es preocupante”, expresó Alberto Barquero, subdirector de la Policía de Tránsito.
La multa por manejar borracho es de ¢334.000 y el conductor sancionado pierde 6 puntos de la licencia.
Adicionalmente, esos casos son remitidos al Ministerio Público por el presunto delito de conducción bajo los efectos del alcohol.
El exceso de velocidad, combinado con el consumo de guaro es un detonante mortal en las carreteras nacionales.
“Tenemos un incremento absoluto y porcentual de los casos positivos de alcohol, de la misma manera que cerramos marzo con 7 decesos en carretera vinculados al alcohol al volante, uno más que en el mismo periodo del año pasado”, advirtió Barquero.
La Policía de Tránsito lanza un llamado a optar por alternativas de traslado cuando se consume licor, diferentes a conducir, como el transporte público o un chofer designado.
De igual forma, el llamando a no pedalear bajo los efectos del alcohol es aplicable para los ciclistas.
En el caso de los peatones, Tránsito insiste en los riesgos de embriagarse cuando deben caminar hasta sus casas porque pierden reflejos para cruzar una calle, para medir la distancia a la que vienen los vehículos o el equilibrio, lo cual puede resultar mortal.
Según la Dirección regional de Tránsito, solo en San Carlos ocurren hasta 80 accidentes por mes, que en muchas ocasiones alteran el trabajo ordinario del Hospital de Ciudad Quesada y obligan a los médicos a suspender cirugías programadas.
Esas autoridades también confirman que la violencia vial en la Región Norte está directamente vinculada con el exceso de velocidad y consumo de bebidas alcohólicas.