Esta águila arpía fue observada durante este jueves en un bosque Sancarleño, concretamente, en Boca Tapada de Pital, sector fronterizo con Nicaragua.
Henry Solís, un guía de turistas y miembro de la Asociación Ornitológica de Costa Rica, fue quien registró el hallazgo.
Esta especie se alimenta de mamíferos arbóreos como el oso perezoso y monos, así como de reptiles, entre otros. Posee una fuerza impresionante en sus garras y es considerada el águila más grande del hemisferio occidental.
El último avistamiento de un águila arpía en nuestro país ocurrió hace cinco años.
Su distribución se ha visto notablemente reducida en Suramérica por la tala de los bosques y daños directos a su especie por el hombre. Fue declarada en peligro de extinción.
La edad reproductiva del águila arpía comienza, aproximadamente, a los seis años. Sus nidos los construyen con ramas y palos entrecruzados en las copas de árboles altos.
Los científicos creen que las águilas arpías permanecen con la misma pareja de por vida.
Según estudios, Panamá es el país que todavía conserva una población saludable.
El águila arpía es icónica a nivel mundial. La comunidad científica no le reconoce subespecies.