Al día de hoy, 2.300 fincas ganaderas de todo el país están listas para encarar al Cambio Climático con medidas de adaptación y mitigación, que les permitirán conservar y mejorar la rentabilidad frente al calentamiento global.
Esta línea de trabajo, según autoridades del sector agropecuario, ayuda a los ganaderos nacionales a bajar costos de producción, ser más resilientes y mantener una actividad con buenos resultados al restablecer la función de los ecosistemas y producir alimentos de alta calidad para los rumiantes.
Dicha estrategia de producción forma parte de la Política de Ganadería Sostenible y del Plan Nacional de Descarbonización.
En sus fincas, los ganaderos aplican pastoreo racional, fertirriego de purines y bioles, cosecha de agua de lluvia, bancos forrajeros, manejo de registros, mejoramiento de pasturas y ambientes protegidos, que representan un cambio de trabajo y una reducción en la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
“Los retos siguen siendo complejos y la administración Chaves Robles seguirá aumentando la cantidad de fincas dentro de este exitoso modelo. El MAG se compromete a generar un cambio sustancial en la eco-competitividad y en las cadenas de valor del sector con el apoyo del Sector Agropecuario, las Cámaras de Productores, la academia y cooperantes internacionales”, afirmó el jerarca de Agricultura y Ganadería, Víctor Carvajal.
Esas 2.300 fincas son el 10 % del hato nacional y casi el 17 % del área dedicada a pastoreo de bovinos en todo Costa Rica.
Con esta nueva metodología de producción, los ganaderos han logrado aumentar su rentabilidad entre un 11% y un 18%, al mejorar el tiempo de salida de los animales al mercado. El 25% del área de estas fincas conserva bosques.
Las fincas NAMA han reducido su huella de carbono en más de 156.000 toneladas, según datos del MAG.