Pese a los constantes operativos policiales, los denominados coyotes o traficantes de personas encontraron tierra fértil en Los Chiles, cantón fronterizo con Nicaragua.
Los coyotes son personas que, a cambio de dinero, ayudan a migrantes a cruzar la frontera entre Costa Rica y Nicaragua o viceversa, de forma irregular. En la mayoría de los casos les cobran altas sumas de dinero y, muchas veces, los abandonan a mitad del camino, si saben de presencia de autoridades.
En los primeros ocho meses de este año, 13 presuntos traficantes de personas en total fueron detenidos en Los Chiles y puestos a la orden del Ministerio Público.
Los casos más recientes se registraron la semana pasada en el sector conocido como La Pechuga, en dicho cantón, cuando oficiales de la Policía de Fronteras interceptaron a dos costarricenses de apellidos Montiel y Requenes.
En La Pechuga, los policías detectaron un vehículo identificado en Los Chiles por, supuestamente, ser utilizado para el tráfico de personas, según el Ministerio de Seguridad Pública.
Tras notar la presencia policial, el conductor aceleró el automóvil de forma temeraria y emprendió la huida, pero poco después el carro sospechoso fue interceptado.
Fue así como los oficiales se percataron de que eran Montiel y Requenes, dos viejos conocidos de las autoridades, ya que en otras ocasiones habían sido detenidos por, presuntamente, traficar y lucrar con seres humanos.
Como estrategia para evadir un eventual proceso judicial, los sujetos bajaron del carro a varios nicaragüenses que trasladaban hacia el centro de Los Chiles, quienes fueron ubicados por oficiales de la Fuerza Pública.
El Ministerio Público solicitó presentar a los extranjeros como testigos ante las autoridades judiciales, antes de ser enviados de vuelta a Nicaragua.
Montiel y Requenes quedaron a la orden de la Fiscalía de Flagrancia de San Carlos.
El delito de tráfico de personas está sancionado con penas de entre 2 y 6 años de cárcel en Costa Rica. En casos graves, se castiga con penas de entre 3 y 8 años de prisión.